Kokorozashi 志

Esta palabra japonesa tiene una relación muy estrecha con la práctica del aikido, pues, si estudiamos su composición, se podrá apreciar que la combinación de sus dos partes explica cómo es la vía en la cual se desarrolla nuestro proceso de aprendizaje.
En primer lugar, el kanji 士 (shi) se utiliza para referirse a un guerrero y, desde el punto de vista histórico, se usaba en Japón para designar a los samuráis. Además, se encuentra en otras construcciones como 武士道 (bushido), la cual está directamente relacionada con los antiguos guerreros del País del Sol Naciente y con las actuales artes marciales oriundas de dicha nación.
Por su parte, el carácter 心 (kokoro) se podría traducir de diversas maneras (‘corazón’, ‘mente’, ‘espíritu’, etc.), pues, dentro de la tradición filosófica oriental, se puede referir a dos órganos (la mente y el corazón), de modo que «el ser humano debe considerarse como un todo en el cual no tiene sentido disociar el cuerpo del corazón/mente, ya que ni aquél es un simple agregado de carne, ni ésta es una facultad pensante desencarnada; ambos están, como todo lo que existe, constituidos de energía vital»1.

Así pues, de la unión de ambos conceptos surge el que centra nuestra atención en este artículo. Esta nueva idea, cuyo significado es difícil de traducir al español con todos sus matices, expresa un propósito que tenemos y cómo vamos a llevarlo a cabo, es decir, de qué forma vamos a usar tanto nuestra inteligencia como nuestros principios para conseguir algo sin que las dudas nos hagan caer, si bien es cierto que hemos de ser conscientes de que no siempre seremos capaces de conseguir lo que se pretende.
Asimismo, podemos encontrar este kanji dentro del grupo 志道館 (shidokan), que se podría traducir a nuestro idioma como ‘el lugar (館) del camino (道) de la perseverancia (志)’.

Debido a todo lo que se ha explicado, a lo largo del desarrollo del estudio de un arte marcial, aspiramos a obtener un determinado nivel y, en consecuencia, hemos de buscar la manera óptima de conseguirlo. Del mismo modo, en la vida nos planteamos una serie de metas que queremos alcanzar, para lo cual también debemos utilizar nuestro intelecto y nuestra energía para lograrlo.